• Pedalear por Agua

    Un venezolano recorrió 500 kilómetros en bicicleta con el único propósito de recaudar fondos para la construcción de un pozo, que proveerá de agua potable a cerca de 250 personas durante unos veinte años en un pueblo de África.


    Cada vez que Germán D’Jesús Bencci abre la llave del agua para bañarse, se acuerda de que este gesto tan cotidiano para él, no lo es para muchos otros. 
    "Para nosotros es un recurso infinito, y lo que siempre me ha impactado es que en otras partes del mundo esto no es igual", dice para explicar porque se decidió a salir en su bicicleta a recorrer 500 kilómetros para conseguir donaciones para la construcción de un pozo de agua potable, y no, por ejemplo, para salvar a un animal en extinción.
    No es que no lo muevan otras buenas causas, sino que para este merideño residenciado en el Reino Unido, ha sido siempre el problema del agua el que le ha estado dando vueltas en la cabeza. Así que comenzó a investigar sobre organizaciones enfocadas en ayudar a quienes no tienen un grifo al alcance de la mano. 


    "No lograba identificarme con ninguna, y cuando revisaba sus formas de financiamiento, me generaban muchas dudas", cuenta sobre su búsqueda. "Yo quería algo más tangible, que yo sintiera que la colaboración que yo estaba dando realmente se hiciera efectiva". Hasta que se topó con Charity: Water y sintió que su promesa era cristalina.
    El 100% de las donaciones va directamente a los proyectos de construcción de pozos de agua, ya que los costos operativos están cubiertos por la organización. La ONG invita a hacer donaciones, pero también apuesta por la capacidad multiplicadora de quienes desean ayudar.
    Por eso les brinda las herramientas necesarias para organizar campañas individuales para recaudar fondos. Así, hay quienes piden a sus amigos que en vez de darles un regalo de cumpleaños, hagan una donación para la construcción de un pozo de agua potable en África. 
    "Te facilitan las cosas para que hagas tu propia campaña, uno solo debe buscar formas creativas para que la gente haga sus donaciones", cuenta el venezolano con el ánimo de los convencidos. 

    "Yo quiero tener mi pozo". 

    Esta fue la premisa que movió a este ingeniero de 30 años, que decidió hacer un recorrido en bicicleta desde Londres hasta Land’s End -la parte más occidental de Inglaterra y pedirle a sus amigos y conocidos que lo apoyaran haciendo donaciones.

    Logró combinar así el deporte que le gusta con una forma de contribuir a solucionar un problema que siempre le ha inquietado. En un mes organizó la ruta y a finales de septiembre del año pasado, salió de su casa acompañado por un amigo que luego tuvo que abandonar el reto por razones de salud.
    "Salimos con el viento y la lluvia de frente", dice al recordar un viaje en el que el frío fue el compañero que jamás perdió el aliento. Pero también lo escoltaron sus amigos, que seguían sus actualizaciones de la travesía vía Facebook, y que por supuesto sumaron cifras a la causa.
    También contó con la hospitalidad de otros: durmió las tres noches de su travesía en casas de personas que pertenecen a redes solidarias que se ofrecen para echar una mano a quienes están de paso. Cuenta que todo esto, además de su propia determinación, lo hizo sentirse muy motivado.
    Cada mañana, después de un desayuno atlético ­sopa, pasta, pizza...tocaba calentar los músculos para ponerse otra vez en camino, a pesar del dolor en las piernas, contra el viento y también contra el reloj, pues el regreso estaba marcado por un boleto de tren, el de las 4:00pm, que había que tomar en la cuarta jornada para volver a Londres.
    Recuerda que ese último día pedaleó como nunca. "Tenía que llegar. Sentía una gran responsabilidad; era cumplir mi sueño y a la vez, no decepcionar a todos los que me habían apoyado", dice poniendo fuerza en cada palabra, como si aún estuviera pedaleando para recorrer los últimos kilómetros que lo llevaron a conseguir su meta. 

    "Cuando llegué a Land’s End fue muy bonito, además del paisaje, fue el alivio de llegar, de conseguirlo". Él se lo atribuye todo al poder de la determinación, pero no busca quedar como héroe, más bien insiste en invitar a otros a que unan a causas que los motiven, que investiguen a través de qué vías pueden canalizarlos y se movilicen para beneficiar a otros.
    "Es algo manejable, es un reto, pero no se trata de algo sobrehumano, cualquiera puede hacerlo. Y lo bueno es que una pequeña acción puede lograr un gran impacto", dice quien luego editó un video de 4 minutos y medio que da fe de su aventura y que puede verse en la página de JustGiving.org, a través de la que se reciben los donativos.
    Con colaboraciones desde Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Italia, Bélgica, Venezuela y Perú, consiguió las 2.700£ (4.200$) necesarias para un pozo que estará listo en 18 meses, y que cambiará la vida de 250 personas. La campaña continúa y la cifra de donaciones va ascendiendo para conseguir el segundo.
    Algunos sueños se alcanzan, y no todos son egoístas.

    Fuente: Revista Todo en Domingo 02/01/2011, Pág. 14-15
    Ángela Feijoo afeijoo@el-nacional.com 
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